La miel para la garganta es una opción óptima si tienes dolor, y esto es debido a sus propiedades antibacterianas.
La miel natural, no solo contiene un 80% de azúcares, sino que además contiene proteínas, aminoácidos, ácidos orgánicos, dextrinas, minerales, levaduras y hongos. En cuanto a la consistencia, puede ser sólida o líquida, y para que la miel conserve su calidad natural no se le debe añadir ningún aditivo ni ser expuesta a altas temperaturas.
¿Cómo ayuda la miel para la garganta?
Además de muchos componentes nutritivos, la miel contiene sustancias que le proporcionan capacidad bactericida y antiséptica. Para que la miel te ayude con tu dolor de garganta lo ideal es:
1. Tomarla diluida en leche caliente.
2. Diluida en agua caliente y hacer gárgaras con la mezcla.
3. Mezclada con limón exprimido.
4. Beber o tragar directamente una cucharada de miel.
Cuando se sufre irritación de garganta, la miel es un remedio perfecto para conseguir calmar el dolor, ya que este producto hidrata, nutre, repara y protege la zona dándole más humedad y aliviando el ardor.
Las cuatro opciones nombradas te ayudarán a aliviar los síntomas de irritación de garganta, faringitis o amigdalitis. Pero si al dolor de garganta le sumas que tienes mucosidad, evita la leche porque los productos lácteos tienden a aumentar la mucosidad y esto podría aumentar el malestar.
Las principales particularidades del uso de la miel para la garganta son:
- En primer lugar, todas las opciones nombradas anteriormente para el dolor de garganta son 100% productos naturales que no incluyen agentes químicos en su composición, ya que se trata de agua, miel y limón.
- Cualquiera de las opciones es fácil de preparar.
- Reduce la inflamación y dolores en la garganta.
Debido a su alto contenido en azúcares, la miel es un alimento que aparentemente es bastante calórico, pero sus propiedades lo convierten en un producto curativo increíble, ya que no solo funciona como antiinflamatorio de la garganta, sino que también actúa como un bactericida, tónico, antiséptico, cicatriza heridas y combate infecciones. En definitiva, siempre se debe tener miel natural en el hogar.