A veces la pérdida total de la voz puede ser causada por el esfuerzo de las cuerdas vocales ya sea al forzarla o ingerir alimentos muy picantes, pero en el caso de la tos ¿esta puede desembocar en laringitis?
Para empezar la laringitis es la inflamación de la caja de voz (laringe) por uso excesivo, irritación o infección. Dentro de la laringe se encuentran las cuerdas vocales, dos pliegues de membrana mucosa que cubre el músculo y el cartílago. Normalmente, las cuerdas vocales se abren y cierran suavemente, y así forman los sonidos a partir del movimiento y la vibración; pero con la laringitis, tus cuerdas vocales se inflaman o irritan. Esto hace que las cuerdas vocales se hinchen, lo que distorsiona los sonidos producidos por el aire que pasa sobre ellas. Como resultado, la voz suena ronca.
En la mayoría de los casos de laringitis se desencadenan por un mal cuidado de la tos al no proteger la garganta de los vientos fríos o incluso la alimentación al ingerir ciertos alimentos que sólo perjudican la pronta recuperación dando paso a la ronquera persistente en muchos casos.
Los síntomas de la laringitis duran menos de un par de semanas y los causa algo menor, como un virus. Los signos y síntomas de la laringitis pueden incluir lo siguiente: ronquera, debilidad o pérdida de la voz, sensación de cosquilleo y aspereza en la garganta, dolor de garganta, sequedad de garganta y tos seca.
A fin de evitar una laringitis más fuerte por curar mal una tos, se puede seguir los siguientes consejos:
Bebe mucha agua tibia. Los líquidos ayudan a mantener la mucosidad de la garganta ligera y fácil de expulsar.
Mantén los alimentos picantes fuera de la dieta. Los alimentos picantes pueden hacer que el ácido del estómago vaya a la garganta o al esófago.
Incluye una variedad de alimentos saludables en la dieta. Come frutas, verduras y granos enteros. Estos alimentos también pueden ayudar a mantener sanas las membranas mucosas de la garganta.
Evita las infecciones de las vías respiratorias altas. Lávate las manos con frecuencia y evita el contacto con personas que tienen infecciones de las vías respiratorias superiores, como resfriados.