¿Qué cantidad necesitamos cada día?
Las naranjas, por su agradable sabor y sus propiedades refrescantes, son una de las frutas de mesa más populares y consumidas. Son también una excelente fuente de vitamina C, flavonoides y betacarotenos. Estas sustancias actúan como antioxidantes naturales y combaten la acción nociva de los radicales libres, responsables del desarrollo de enfermedades cardiovasculares, degenerativas y de cáncer.
Una naranja mediana o un vaso de zumo cubren, prácticamente, el 100% de las recomendaciones de vitamina C: unos 60 miligramos para una persona adulta.
Aunque sea un nutriente esencial que debemos incluir en nuestra dieta porque nuestro cuerpo no es capaz de producirlo ni de almacenarlo, según datos de la encuesta ENIDE (Encuesta Nacional de Ingesta Dietética), la población española no tiene el menor problema para cubrir requerimientos de vitamina C; es más, vamos muy por delante, superando en un 191% las necesidades diarias (con variaciones según el sexo y grupo de edad). Es decir, en el peor de los casos, tomamos casi el doble de la necesaria.
¿Desaparece la vitamina C del zumo si no lo ingerimos rápido?
¿Están justificadas las prisas por beberse rápido el zumo de naranja para que la vitamina C no se pierda? Lo cierto es que no. A temperatura ambiente, la vitamina permanece inmutable hasta doce horas. Tendríamos que hervir el zumo para hacerla desaparecer.
Eso sí, el sabor va cambiando con el paso de las horas y se torna más amargo, pero, de nuevo, esto no es algo que suceda en cuestión de minutos.
Beneficios de la vitamina C
Para resfriados
Según una revisión Cochrane de 2013, no hay justificación alguna para asegurar que la vitamina C tiene algún efecto sobre la frecuencia en la que se sufre un resfriado común. En otras palabras, no lo previene.
Sin embargo, sí que puede tener un pequeño efecto en la duración del resfriado una vez ya se ha contraído, aunque los resultados no son muy concluyentes. No obstante, dada la inocuidad de esta vitamina, no pasa nada si aumentamos el consumo de frutas ricas en vitamina C durante el resfriado, ya que en ningún caso el efecto será negativo.
Para el envejecimiento
Es cierto que la vitamina C es un conocido antioxidante que ayuda a contrarrestar los radicales libres. Además, también desempeña una función clave en la producción de colágeno, sustancia que aporta elasticidad a la piel y facilita la cicatrización aparte de evitar el desgaste de las articulaciones favoreciendo, así, el mantenimiento de la densidad ósea.
Para la anemia
Verdad: la vitamina C es buena para a la anemia. Cuando se consume junto a alimentos ricos en hierro no-hemo (que son, generalmente, los alimentos ricos en hierro de origen vegetal como legumbres, hojas verdes, o frutos secos), hace que su absorción se incremente el doble e, incluso, el triple. Esto se debe a que la acción del ácido cítrico reduce el hierro de su forma férrica a su forma ferros, a que es mucho más fácil de absorber.
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