Los síntomas de un resfrío de verano

Los síntomas de un resfriado de verano son muy similares a los que puedas sufrir por un resfriado en cualquier otra época del año, pero es cierto que puede presentar algunas peculiaridades relacionadas con las temperaturas elevadas propias de esta época e incluso con el estilo de vida distinto que seguimos durante las vacaciones (cambios en nuestra dieta, baños con agua fría o visitas a la piscina). Además del malestar general, que suele acompañar cualquier proceso vírico, entre los síntomas de un resfriado de verano más frecuentes destacan:

• Fiebre: Aunque estos resfriados no suelen ir acompañados de un aumento de la temperatura corporal considerable, la sensación de fiebre resulta especialmente relevante. Lo normal es tener solo unas décimas, alcanzando los 37 ºC – 37.5 ºC, pero el calor reinante en verano hace que la sensación térmica nos resulte superior. Pese a no tener fiebre alta, los escalofríos y el acaloramiento general son habituales.

• Tos y garganta seca: Tos ligera, sin expectoración, y garganta seca, con sensación de estar irritada, son también síntomas frecuentes. En lugares donde predominan los veranos secos (con escasa humedad ambiental) la sequedad de la garganta, puede provocar incluso molestias al tragar.

• Congestión y mucosidad: la mucosidad, de escasa densidad, es también manifestación típica de los resfriados veraniegos.

• Estornudos: Sobre todo en el inicio del resfriado, pueden presentarse estornudos frecuentes algo que puede hacer que los síntomas se confundan con los de una alergia. Pero hay que recordar que el resfriado lo produce un virus que afecta a las vías respiratorias, mientras que en el caso de una alergia los síntomas responden a una reacción de nuestro organismo frente a un elemento que considera un alérgeno.

Cuida tu salud y ante cualquier duda acude a tu médico de confianza.