Sobrepeso y Obesidad, diagnóstico y tratamiento Parte 3

 

Ejercicio y actividad física

Aumentar la actividad física o el ejercicio es una parte fundamental del tratamiento contra la obesidad. La mayoría de las personas que bajan de peso y logran mantenerlo durante más de un año es porque realizan ejercicio regularmente, aunque solo sea caminando pero de manera diaria.

Para aumentar el nivel de actividad:

Hacer ejercicio. Las personas con obesidad necesitan realizar al menos 150 minutos a la semana de actividad física de intensidad moderada para prevenir un mayor aumento de peso o para mantener la pérdida de una cantidad modesta de peso. Para lograr una pérdida de peso más significativa, es posible que se tengan que hacer 300 minutos o más de ejercicio por semana. Es probable que se necesite aumentar gradualmente la cantidad de ejercicio a medida que mejora la resistencia y estado físico.

Mantenerse en movimiento. Aunque el ejercicio aeróbico es la manera más eficiente de quemar calorías y perder el exceso de peso, todo movimiento adicional ayuda a quemar calorías. Hacer cambios simples en el día puede traer aparejados grandes beneficios. Estacionar más lejos de la entrada a las tiendas, acelerar las tareas domésticas, ocuparse del jardín, levantarse y moverse periódicamente y usar un podómetro para saber cuántos pasos realmente se dan en el transcurso del día son cambios que nuestro organismo agradecerá el día de mañana. Una buena meta recomendada es tratar de alcanzar los 10.000 pasos todos los días; pero recuerda hacerlo gradualmente para alcanzar esta meta y un nuevo ritmo de vida.

Cambios de conducta

Un programa de modificación del comportamiento puede ayudar a hacer cambios en el estilo de vida para adelgazar y no recuperar el peso perdido. Entre los pasos para seguir, se tendrán que analizar los hábitos actuales para entender qué factores, tensiones o situaciones pueden haber contribuido a desarrollar obesidad.

Todas las personas son distintas y tienen obstáculos diferentes para controlar su peso, como la falta de tiempo para hacer ejercicio o las comidas tarde por la noche. Se deben adaptar los cambios de comportamiento a las circunstancias personales. La modificación del comportamiento, llamada «terapia conductual», puede abarcar:

Asesoramiento psicológico. Hablar con un profesional de la salud mental puede ayudar a abordar los problemas emocionales y de comportamiento relacionados con la alimentación. La terapia puede ayudar a comprender por qué comemos de más y a aprender formas saludables de enfrentar la ansiedad. Además, se puede aprender a supervisar la dieta y actividad física, a comprender los desencadenantes que llevan a comer y a afrontar los antojos.

El asesoramiento puede ser individual o grupal. Los programas más intensivos (que tienen de 12 a 26 sesiones al año) pueden ser más útiles para alcanzar las metas de pérdida de peso.

Grupos de apoyo. Brindan camaradería y comprensión en los grupos de apoyo donde otras personas comparten dificultades similares con la obesidad.

Medicamentos con receta para adelgazar

Para bajar de peso, hace falta una dieta saludable y ejercicio regular. Pero en algunas situaciones, los medicamentos con receta para adelgazar pueden ayudar.

Se debe tener en cuenta que estos medicamentos están pensados para usarse junto con dieta, ejercicio y cambios en el comportamiento, no para reemplazarlos. El propósito principal de los medicamentos para bajar de peso, también conocidos como medicamentos contra la obesidad, es ayudar a seguir una dieta baja en calorías al detener el hambre y la falta de señales de saciedad que aparecen al tratar de bajar de peso.

El médico puede recomendar medicamentos para bajar de peso si otros programas de dieta y ejercicio no han funcionado y se cumplen estos criterios:

  • Índice de masa corporal (IMC) es de 30 o más.
  • IMC es de más de 27 y además existen complicaciones médicas debidas a la obesidad, como diabetes, presión arterial alta o apnea del sueño.

Antes de elegir un medicamento, el médico analizará los antecedentes de salud y los posibles efectos secundarios del medicamento. Las mujeres embarazadas, personas que toman determinados medicamentos o que tienen afecciones crónicas no pueden tomar algunos medicamentos para adelgazar.

Los medicamentos contra la obesidad se deben usar bajo supervisión médica minuciosa. Además, se debe tener en cuenta que un medicamento para adelgazar puede no funcionar para todas las personas, y que sus efectos pueden disminuir con el tiempo. Cuando deja de tomar un medicamento para adelgazar, se puede recuperar una gran parte del peso que perdió si no se consiguió un cambio en el estilo de vida.

Procedimientos endoscópicos para la pérdida de peso

Estos tipos de procedimientos no requieren ninguna incisión en la piel. Después de recibir anestesia, se insertan tubos flexibles y herramientas a través de la boca y la garganta hasta el estómago.

Existen varios tipos diferentes de procedimientos endoscópicos utilizados para bajar de peso. Un procedimiento consiste en colocar puntos de sutura en el estómago para reducir su tamaño y la cantidad de alimentos que se pueden consumir cómodamente. En otro procedimiento endoscópico, se insertan un pequeño globo en el estómago. El globo se llena de agua para reducir la cantidad de espacio disponible en el estómago. Esto  ayuda a sentirse lleno más rápido. Estos procedimientos generalmente están aprobados para personas con un índice de masa corporal de 30 o superior cuando la dieta y el ejercicio por sí solos no han tenido éxito. La pérdida de peso esperada varía entre los procedimientos del 5 % al 20 % de la pérdida total de peso corporal.

Cirugía para bajar de peso

En algunas personas, la cirugía para bajar de peso, también llamada cirugía bariátrica, puede ser una opción. La cirugía para bajar de peso limita la cantidad de comida que se puede ingerir cómodamente, disminuye la incorporación de alimentos y calorías, o ambas opciones. Aunque la cirugía para bajar de peso ofrece la mejor oportunidad de perder una mayor cantidad de peso, puede implicar riesgos graves.

La cirugía para bajar de peso en caso de obesidad puede considerarse si ya se han probado otros métodos para adelgazar que no han funcionado y si se cumplen las siguientes condiciones:

  • Obesidad extrema (IMC de 40 o más).
  • IMC está entre 35 y 39,9 y coexiste un problema de salud grave relacionado con el peso, como diabetes o presión arterial alta.

Se debe asumir el compromiso de hacer los cambios de estilo de vida necesarios para que funcione la cirugía.

La cirugía para bajar de peso ayuda a algunas personas a perder hasta un 35 % o más de su sobrepeso. Pero la cirugía para bajar de peso no es una cura milagrosa para la obesidad.

La cirugía no garantiza que se vaya a perder todo el exceso de peso ni que se mantenga largo plazo. El éxito de la pérdida de peso después de la cirugía depende del  compromiso para hacer cambios en los  hábitos de alimentación y ejercicio.

Estas son algunas de las cirugías frecuentes para bajar de peso:

Cirugía de bypass gástrico. En el bypass gástrico (bypass gástrico en Y de Roux), el cirujano crea un pequeño saco en la parte superior del estómago. Luego, corta el intestino delgado a poca distancia por debajo de la parte principal del estómago y lo conecta al nuevo saco. La comida y los líquidos fluyen directamente del saco a esta parte del intestino, y omiten así la mayor parte del estómago.

Colocación de banda gástrica ajustable. En este procedimiento, se separa el estómago en dos sacos con una banda inflable. Al ajustar la banda como un cinturón, el cirujano crea un pequeño canal entre los dos sacos. La banda evita que la abertura se expanda y, por lo general, está diseñada para quedar colocada en forma permanente.

Manga gástrica.En este procedimiento, se retira parte del estómago y se crea un reservorio más pequeño para la comida. Es una cirugía menos complicada que el bypass gástrico.