El día más frío nos podría hacer pensar que el periodo del año con las temperaturas más bajas y con mayor incidencia de resfríos y fiebres es el culpable de muchas afecciones respiratorias. Estas condiciones hacen pensar a muchas personas que durante la época del invierno se padece más fácil un resfriado por enfriamiento y que la primavera o el verano son más fáciles de evitar estas complicaciones.
Pero, ¿es la temporada de frío la responsable de esta cuestión? Para ello es importante conocer los verdaderos factores que contribuyen a los contagios de esta enfermedad. Ya que el frío puede estar detrás de nuestros resfriados.
Lo que debemos saber es que el resfriado por enfriamiento como tal es creíble, pero lo que sucede realmente es que las condiciones meteorológicas propias de los meses más fríos y la bajada de las temperaturas favorecen la circulación de ciertos virus.
El frío sí facilita los resfríos. El frío puede afectar de varias maneras a una mayor incidencia de casos, facilitando la transmisibilidad y replicación de los virus.
Es decir que, al pasar tiempo en lugares espaciosos o concurridos, la transmisión es más prolongada por motivo de ser un hábitat ideal para los virus, que incluye a lugares con calefacción y secos, lo que prolonga más aún una menor humedad ambiental haciendo más fácil el contagio de persona a persona.
En concreto, una de las vías más frecuentes de contagio sucede porque las temperaturas frías debilitan el sistema inmune y las defensas de la nariz. Es una manera de facilitar la entrada de estos virus que producen los resfriados por enfriamiento en el organismo.
El resfrío por enfriamiento o el resfrío por pasar frío como tal no existe. Es más, el resfriado común es una enfermedad infecciosa. Se produce por la afección de virus de distintas familias como los rinovirus o los metaneumovirus.